Arquitectura Monolítica vs Microservicios
La Arquitectura de Software desde sus inicios, en su búsqueda por la mejora en la resolución de problemas, ha creado múltiples abordajes para establecer soluciones a las distintas necesidades que enfrenta; estas necesidades van más allá del diseño de algoritmos y la definición de estructuras de datos, el diseño y especificación de la estructura global de un sistema son un tipo de problema a resolver en sí mismo. Dentro de los abordajes existentes se encuentran la Arquitectura Monolítica y la Arquitectura de Microservicios; estas dos arquitecturas son dos paradigmas que tienen su propio marco de entendimiento, y la selección de cualquiera de ellas responderá a los objetivos y restricciones del sistema a desarrollar, en conocimiento de las ventajas e inconvenientes para cada caso en concreto.
La Arquitectura Monolítica es la más antigua de las dos, esta nació de la mano de los primeros programas y su principal característica es que busca que el sistema sea totalmente autónomo para realizar la tarea diseñada, sin contar con dependencias externas que complementen su funcionalidad, en otras palabras, su software se estructura de forma que todos los aspectos funcionales del mismo quedan acoplados y sujetos en un mismo programa.
Con el paso del tiempo, y el auge del Internet, llegó la posibilidad de consumir servicios externos y las arquitecturas modulares que permiten separar el código en unidades de software más manejables y fácil de administrar, sin embargo, a pesar de estos avances, al día de hoy siguen existiendo las aplicaciones Monolíticas debido a que para muchas empresas son indispensables para sus operaciones, por ejemplo: sistemas de ventas y facturación de una pequeña empresa, software de los equipos médicos, programas de escritorio como procesadores de texto o programas como los CRM o ERP.
Dentro de las principales ventajas que podemos encontrar en sistemas monolíticos se encuentran:
- Fáciles de desarrollar.
- Pocos puntos de fallo: El hecho de no depender de nadie más, mitiga gran parte de los errores de comunicación, red e integraciones.
- Rendimiento: Todo el procesamiento lo realizan localmente y no requieren consumir procesos distribuidos para completar una tarea, y son fáciles de probar gracias a que es una sola unidad de código y toda la funcionalidad está disponible desde el inicio de la aplicación por lo que es posible realizar todas las pruebas necesarias sin depender de nada más.
Por otro lado, las principales desventajas que se presentan son:
- El anclaje a un solo stack tecnológico, es decir, es mono tecnológico y no se aprovechan de otras tecnologías.
- Cualquier mínimo cambio en la aplicación implicará realizar una compilación de todo el artefacto.
- Cuando la aplicación crece, y en consecuencia, el equipo, la división del trabajo para el este se dificulta si no se desea afectar la funcionalidad que otro miembro está desarrollando.
Frente a esta realidad, cuando hablamos de la Arquitectura de microservicios tenemos una buena contrapropuesta a las anteriores desventajas, pues esta busca aislar las distintas funcionalidades de una aplicación, con el fin de que cada uno sea una aplicación por sí misma y autosuficiente, cada parte hace una tarea sencilla, esto les permite evolucionar de forma totalmente independiente del resto de componentes.
Una de las características más importantes de esta arquitectura es que trabajan de forma distribuida, lo que significa que los microservicios, que están desacoplados, son desplegados de forma autónoma y estos pueden ser accedidos por medio de protocolos de acceso remoto como las colas de mensajes, SOAP, REST, RPC.
Dentro de sus principales ventajas podemos mencionar:
- Alta escalabilidad: Permite montar varias instancias del mismo componente y balancear las cargas entre todas las instancias.
- Agilidad y facilidad en despliegue: Debido a que están modularizados, su desarrollo y despliegues pueden realizarse en independencia del resto.
- Reusabilidad e Interoperabilidad: como son componentes mono tareas se pueden reutilizar para el funcionamiento de otras aplicaciones o microservicios, que además pueden ser de otras tecnologías.
Por otro lado, dentro de sus desventajas:
- Rendimiento: en aplicaciones donde el rendimiento es lo más importante, puede resultar contraproducente la latencia debida a la naturaleza distribuida de los microservicios.
- Madurez del equipo de desarrollo: los microservicios deben ser administrados, por lo que un equipo debe tener la capacidad de lidiar con los retos que esto representa cuando empiezan a crecer.
- Y, por último, la trazabilidad, los procesos al ser distribuidos entre varios componentes complica el seguimiento de los logs que cada uno lleva a la hora de ejecutarse.
Podemos concluir, teniendo en mente, que las Arquitecturas monolíticas sigue siendo vigentes gracias a las ventajas que nos ofrece y que una migración a estilos más sofisticados es viable si nuestro sistema va a crecer, escalar solo ciertas funcionalidades, o si se vuelve engorroso dividir el trabajo, y se requiere la diversificación de las tecnologías. Los microservicios, sin duda, se han convertido en lo más popular en los últimos años, y es necesario, debido a su complejidad, profundizar en el crisol de oportunidades que tenemos gracias a los patrones arquitectónicos y componentes necesario para implementarlo correctamente.
Así que ahora, conociendo los pros y los contras de ambas técnicas, podría decidir cuáles son mejores para su negocio y en Grupo Babel le apoyamos en eso, recuerde que puede contactarnos al correo mercadeo@grupobabel.com